Una + una = otra

La obra empezó con una señora que analizaba todos los tipos de danza que ha habido a lo largo de la historia y cómo han ido cambiando con el paso del tiempo.
Al principio, el escenario estaba enfocado por un único foco y no había presencia de sonido.
Cuando la señora (Marianna Mozzo) acabó de analizar las danzas, salieron el resto de actores a bailar.
El vestuario era "deportivo", vestían con mallas cómodas, camisas ligeras y descalzos. La música empezó a sonar, había presencia de un violonchelo, una guitarra eléctrica y una guitarra electroacústica.

No había un único narrado, sino que todos los personajes (Olga Marínez, Ainhoa Chocano, Sara García y Juan Carlos Guajaro) decían frases sueltas en cualquier momento.
Toda la obra se desarrolló con danza y con movimiento, sin parar en ningún momento.

Se presentaba en clase de humor y lanzando preguntas retóricas al público, creando un ambiente de intriga.
Ensayaron mucho con improvisación, saltos, vueltas, ballet... Resumiendo, todo tipo de danza.
Con los sonidos e iluminación que he mencionado antes se creó un ambiente tranquilo, relajado, dinámico e interactivo.

Mi comentario personal: una obra muy buena.