sábado, 19 de febrero de 2011

El mérito versus el nacimiento

Es difícil rastrear quién pone en marcha una idea y las consecuencias de esa idea en la posteridad. Viaje apasionante, el de inventariar la trayectoria de las ideas que convulsionaron el devenir de los pueblos.

Una de las ideas que desmoronó el Antiguo Régimen, que permitió las revoluciones burguesas y sigue organizando todavía nuestras relaciones sociales se rastrea por primera vez en una ópera cómica, La folle journée ou le mariage de Figaro, de un autor francés, Pierre Agustin de Beaumarchais. Frente a los privilegios de casta obtenidos por haber nacido en el seno de una familia noble, Fígaro opone el valor del esfuerzo y el mérito personal. Como estos principios parece que están cayendo en el olvido, conviene recordarlos no sea que mutatis mutandi los privilegios de casta vuelvan a ser los que regulen nuestras relaciones sociales y el principio de igualdad jurídica salte por los aires (que parece que en esas estamos).

“Porque sois un gran señor os creéis un gran genio. (...). Nobleza, fortuna, rango, posición, todo eso es lo que os hace ser tan arrogante. Pero ¿qué habéis hecho para merecer esas fortunas? Os tomasteis la molestia de nacer, y nada más. Por lo demás, sois un hombre bastante ordinario. En cuanto a mí, Dios mío, perdido entre la oscura multitud, he tenido que usar de más ciencia y expedientes tan sólo para subsistir de los que se han usado en los últimos cien años para gobernar a toda España. (...). Me esfuerzo para seguir una carrera honorable y en todas partes me veo rechazado. Aprendo la química, la farmacia, la cirugía, y toda la influencia de un gran señor apenas basta para ponerme en la mano una lanceta de veterinario.”

Beaumarchais. Las bodas de Fígaro. 1774.


Beaumarchais escribió también una obra de teatro con el mismo título que sirvió de base a la ópera. Os dejo aquí el trailer de una representación a cargo de la compañía Alquibla Teatro de Murcia.


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